En el interior de una de las 18 momias se encontrĂ³ un esqueleto de rata. Otras evidenciaban haber sido mordisquedas por roedores en la nariz o en las nalgas. En otra hicieron su nido las avispas. La nĂºmero 2 mostraba en la mano izquierda la enfermedad (o contractura) de Dupuytren, que deja los dedos fijos, y hongos en las uñas de los pies (onicomicosis). La 6 estaba totalmente cubierta de sal natrĂ³n, que le daba un bonito aspecto azulado. La 8 y la 17 lucĂan pulseras. y esta Ăºltima acaso un escarabajo en el pecho.La 9 conservaba pelos del bigote y la barba de color pelirrojo. La 11 parecĂa llevar bufanda. La 10 tenĂa ¡dos mandĂbulas! (una, lĂ³gicamente, intrusiva). La 16 carece de cabeza (tranquilos: fue arrancada pĂ³stumamente), pero disfruta de un amuleto del tipo nudo de Isis... Son algunos de los resultados del anĂ¡lisis de un extraordinario grupo de momias, 18 cuerpos embalsamados que aparecieron reunidos en un almacĂ©n en la necrĂ³polis nobiliaria de El-Asasif, en Luxor, y de cuya investigaciĂ³n se ha ocupado un grupo de antropĂ³logos la mayorĂa de los cuales son catalanes. El estudio, ilustrado con fotos asombrosas, de cuerpo entero, se presenta en una exposiciĂ³n, muy didĂ¡ctica con los aspectos de la momificaciĂ³n, en la sede barcelonesa del Museo de ArqueologĂa de Cataluña (MAC) hasta el 5 de septiembre.
"Trabajamos en la tumba de Monthemhat, donde hemos investigado centenares de restos humanos, y cada vez que aparecen momias en la zona nos avisan", explicĂ³ el mĂ©dico paleopatĂ³logo Joaquim Baxarias, que ayer dio una charla en el museo. "Éstas habĂan sido guardadas y olvidadas en el almacĂ©n 4 de la Casa Americana y se sospechaba que pudieran proceder de nuestra tumba, pero no se conserva ningunainformaciĂ³n sobre ellas. Hemos descubierto que son 12 mujeres y 6 hombres, de dos generaciones, unade Ă©poca del reinado de Pianji, en el siglo VIII antes de Cristo (Tercer PerĂodo Intermedio, DinastĂa XXV nubio-cushita, los denominados faraones negros); que se trata de nobles, con cargos importantes, alguno incluso sacerdote de AmĂ³n. Pero, curiosamente, sus momificaciones no siguen los patrones habituales en la clase alta: sĂ³lo una presenta evisceraciĂ³n y dos extracciĂ³n de cerebro".
Las momias han sido observadas sin tocar los envoltorios que conservaban y sin trasladarlas, mediante un aparato de radiologĂa digital portĂ¡til. La patologĂa mĂ¡s abundante que presentan es artrosis, padecida por algo menos del 20% del grupo (en las clases trabajadoras egipcias era muy superior). A una momia a la que se le arrancĂ³ el pecho, destaca Baxarias, se le puede ver excepcionalmente el corazĂ³n momificado, que debĂa conservarse in situ. El estudioso recalcĂ³ que todas las momias han sido tratadas respetuosamente en el examen, actitud que desgraciadamente no han mantenido antes los insectos, los ratones ni el tiempo.
JACINTO ANTÓN | ELPAIS.com
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